ARTÍCULO Estrategia contra la violencia de género: ¿Cómo y en qué ámbitos?

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Artículo de Rubén Castro Torres, Agente de igualdad

Los últimos recortes en políticas de sensibilización, apoyo y recuperación se suman a desaciertos como las nuevas tasas judiciales, falta de visibilidad institucional, etc. y todo ello lleva, cuanto menos, a la invisibilidad de la lucha contra la violencia de género.

¿Que estrategia es esa que deja aparcada la lucha contra la violencia de género durante meses, sin apenas acciones ni declaraciones relevantes?

Cierto es que muchas entidades, organismos, administraciones locales y autonómicas siguen trabajando por las mujeres y la salida de la violencia con el mismo ímpetu y fuerza que años atrás, pero cabe recordar la obligación del Gobierno de España de apoyarles y luchar por hacer efectiva la igualdad. Más aún cuando la crisis económica ahonda las desigualdades y con ésta las dificultades económicas se convierten en un factor facilitador en los casos de violencia de género (aunque no determinante)

Hasta ahora, los ejemplos aportados por el ejecutivo de Rajoy […] aparecen en una estrategia muy clara: limitar la emancipación de las mujeres, generar desconocimiento y por lo tanto perpetuar la desigualdad existente.

La acumulación en la última quincena de mayo de 4 mujeres asesinadas en apenas 72 horas ha generado una aumento de la atención de los medios a estos casos y una especial acción de repulsa en las redes sociales. Esta acumulación en el número de casos de violencia de género no es la primera vez que sucede, pero que por el contrario ocupa más titulares en la prensa, como si de algo extraordinario se tratara.

Ciertamente, la violencia contra las mujeres debería ser una excepción, algo que no forme parte de las raíces de nuestra sociedad, pero la realidad es bien distinta y en 2012 fueron 52 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Pero pese a que esas muertes son terribles e injustificables (ningún otro tipo violencia se mantiene sin que se genere mayor alarma social) no son más que la punta del iceberg. Bajo esa capa muy visible y sorprendente-de ahí que parezca excepcional- encontramos el resto de las cartas del maltrato y el machismo: en 2011 más de 500.000 mujeres estuvieran en una situación de maltrato[1] permaneciendo su mayoría en la penumbra de la luz pública.

Permanecer quietos y no informar de esa realidad es la mayor complicidad hacia la violencia de género, por lo que es necesario que el Gobierno asuma sus obligaciones y actúe definitivamente para potenciar un cambio global. No son caprichos ni posturas electoralistas, la realidad lo exige.

 

Tampoco estaría de más que la propia Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad se involucrara más públicamente, dando visibilidad a las funciones que se le encomiendan a su departamento. Cierto es que los medios no centran su máxima atención a estos asuntos (los de género) a no ser que haya casos como los anteriormente expuestos, que pasan a ser vistos como excepcionales. Pero no es menos cierto que un Ministerio puede convocar a la prensa, realizar actos públicos, reunir personalidades y a la ciudadanía, generar debate y responder ante los crímenes que suceden. De no hacerlo parece que nadie actúe contra el maltrato o que realmente no se puede hacer nada.

¿Se avecina una «estrategia», o más de lo mismo?

Ahora anuncian, tras la acumulación de asesinatos, a través del Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad de la puesta en marcha de una “Estrategia para la Erradicación de la Violencia de Género” que trae consigo muchos interrogantes.
Establecer una estrategia contra la violencia de género cuando previamente se ha dinamitado el presupuesto en materia de igualdad resulta cuanto menos sorprendente. ¿Significa todo ello una rectificación, asumiendo que un recorte en los recursos y estructuras afecta a la efectividad de las acciones? ¿O será una nueva excusa para evitar medidas fuertes y transformadoras, como ya hicieron al recortar un 70% en sensibilización contra violencia de género?

Contradicciones y desconocimiento desde el principio.

Nada más tomar posesión de sus cargos, los y las responsables del Gobierno confirmaron el recorte en las campañas contra la violencia de género, aduciendo al supuesto “despilfarro” y falta de efectividad de iniciar proyectos en televisión, medios, etc. Asumieron, por el contrario, que crearían acciones en red, interactivas y más dirigidas al público juvenil: pero pese a lo anunciado, todas las acciones realizadas hasta la fecha (una breve campaña nueva) se limitan a unos spots difundidos muy poco tiempo, frente a las del anterior Gobierno que se hacían servir de webs, redes sociales y materiales gráficos personalizables.

No lo duden: estoy de acuerdo con la necesidad de una estrategia. Pero si de verdad queremos acabar con esta lacra social, además de potenciar algunos ámbitos no menos importantes como la prevención secundaria y terciaria (como las casas de acogida o las medidas de recuperación, que por cierto, también están siendo recortadas) empecemos por la raíz de los problemas: la educación.

La mejor forma de prevenir el ejercicio de la violencia machista es socializar en la no-violencia y la igualdad

La educación es la clave para el cambio, para empezar a construir un futuro en igualdad. La llamada prevención primaria, consiste básicamente en cambiar todos aquellos estereotipos y valores que se transmiten socialmente y que fundamentan la violencia machista. Así, la mejor forma de prevenir el ejercicio de la violencia machista es socializar en la no-violencia y la igualdad. Y eso que parece lógico implica actuar en/desde todos los ámbitos (familia, medios, sistema educativo, etc.) por lo que  no es sencillo, pero sí imprescindible.

Sin embargo, los ejemplos aportados por el ejecutivo de Rajoy parecen ir hacía otro lado: la eliminación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y el contenido contra el machismo (tachado de “temas polémicos”) del sistema educativo o la falta de campañas por la salud sexual y reproductiva -solo por citar casos del ámbito educativo- aparecen en una estrategia muy clara: limitar la emancipación de las mujeres, generar desconocimiento y por lo tanto perpetuar la desigualdad existente.

Los datos demuestran como están disminuyendo las llamadas al 016 (teléfono contra la violencia de género) así como las denuncias, por lo que se hace necesario informar de los recursos necesarios, recordar que “hay salida” a la violencia de género con la ayuda de los recursos disponibles, como citaba la última y breve campaña del Ministerio.

Además recordemos que hay una Ley Orgánica que nos establece un marco de acción, así como unas leyes sectoriales que integran esa perspectiva de género para, entre otras cosas pretende acabar con la violencia y la discriminación. Para que sea efectiva hay que cumplirla y seguir sus mandatos. También tenemos, por ejemplo, una la Ley de educación (que ahora el Ministro Wert pretende aislarla de todo valor de igualdad), o un departamento que durante años han liderado una auténtica estrategia contra el machismo y la desigualdad, pero que con la entrada de Mariano Rajoy al Gobierno no solo han perdido visibilidad sino que han recortado más de un 26% su presupuesto.

En este panorama, Naciones Unidad alerta que la austeridad pone en peligro los servicios y acciones para poner fin a la violencia contra las mujeres. España es un claro ejemplo en pleno 2013.[2]

Pero para más inri, junto al recorte, la presencia pública del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en la prensa y los espacios de información es prácticamente residual. Como afirmaba anteriormente no se aprovecha la presentación de campañas, medidas o acciones. Ni siquiera se han visto actos institucionales o de información ante la violencia de género que podrían situar la lucha por la igualdad en el centro de la actualidad.

Es lamentable desaprovechar la oportunidad de lanzar mensajes para acabar con la violencia de género: teniendo el poder de convocatoria de un Ministerio y todo un Gobierno cualquier ocasión es buena para sensibilizar e informar a la ciudadanía.

En cambio, la propia Ministra parece haber delegado su gestión a mandos inferiores, pues no se le ve por ningún lado. Lamentablemente, no debería sorprendernos, pues ya lo reconocieron al decir que son temas “polémicos” y no debe hacerse nada “a bombo y platillo”.

Ahora, tras meses de inacción, afirman tener una estrategia, por lo que si rectifican, lideran e invierten, puede que arrojen algo de luz donde ahora solo hay oscuridad. En breve veremos hacía donde van. Que acierten nos conviene a todos y todas.

 


[1] Macroencuesta de Violencia de Género 2011

2 Charla en Twitter con el Director Ejecutivo Adjunto de ONU Mujeres, John Hendra

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