Entrevista a Laura Nuño, coordinadora del Grado en Igualdad de la URJC
Laura Nuño: El grado en igualdad "era un diseño curricular pionero en muchos aspectos. Una formación privilegiada para el alumnado "
Laura Nuño es profesora universitaria y coordinadora del grado en Igualdad de Género de la Universidad Rey Juan Carlos, el único existente en España y que ha sido eliminado para nuevos ingresos este 2014. Pese a las demandas de la comunidad educativa y que esta formación es habitual en otros países, la respuesta del Gobierno y responsables universitarios no parece ir encaminada hacia su restitución.
Su coordinadora asegura que no existe motivo académico o presupestario para eliminarlo: tenía demanda suficiente y además buenas tasas de éxito y valoración. No obstante admite que a esta formación » le tenían ganas» pues desde su creación muchos «se sorprendieron, incluso se irritaron». Nuño considera que actualmente «la docencia en estas materias es todavía muy anecdótica«, y que nos encontramos ante «una contrarreforma patriarcal» que se representa con la «triple R (recortes, reacción patriarcal y reversibilidad)» pese a que «nada tiene que ver con cuentas, presupuesto o gasto público».
Antes de nada, para quienes no conozcan los contenidos de una formación de este tipo ¿En qué ámbitos incidía el grado en igualdad de género?
El Grado en Igualdad abordaba materias asociadas, específicamente, a los estudios de género (que abordan cuestiones como el papel de las mujeres en la historia, la transversalidad de la perspectiva de género, la teoría feminista, la violencia de género, la evolución histórica de los derechos de las mujeres o aspectos asociados a la legislación en materia de igualdad en el ámbito internacional, comunitario, estatal, autonómico o local, por ejemplo) pero incorporaba además, como valor añadido, el estudio de las disciplinas académicas tradicionales desde la perspectiva de género (como el derecho constitucional, civil o laboral, la economía, la sociología, las políticas públicas, la cooperación al desarrollo, la comunicación, aspectos relacionados con la sanidad y la salud, etc.).
«El grado en igualdad de género representaba una novedosa oferta formativa para aquellas personas con interés en el ámbito de la intervención social o la igualdad de oportunidades.»
El objetivo del diseño curricular era ofrecer una formación integral ajustada a los actuales requerimientos legales y laborales (sin olvidar el aspecto de la formación humanística, claro). Era un diseño curricular pionero en muchos aspectos. Una formación privilegiada para el alumnado con una vocación profesional orientada al sector privado o empresarial, al sector público o a las organizaciones no gubernamentales y, a su vez, representaba una novedosa oferta formativa para aquellas personas con interés en el ámbito de la intervención social o la igualdad de oportunidades.
«A día de hoy todavía no encuentro una posible justificación académica o presupuestaria (para su eliminación)»
¿Por qué tras años de enseñanza se ha eliminado ahora? ¿Este grado es prescindible a día de hoy?
A día de hoy todavía no encuentro una posible justificación académica o presupuestaria. Había suficiente demanda y los indicadores de calidad (valoración docente, tasas de éxito o de rendimiento) eran francamente buenos. Como dato, por ejemplo, la valoración media de todos los cursos y asignaturas del grado fue en el curso pasado de un 3,98 sobre 5; una nota media que es difícil encontrar en cualquier otro grado. ¿Prescindible? No, no creo que lo fuera ni que lo sea a día de hoy
¿Cuándo crees que ha habido más sorpresa: cuándo se creó este grado o ahora con su eliminación?
Bueno, esto depende de la ideología de cada cual. La existencia de estos grados es común desde hace décadas en toda Europa, en Estados Unidos y en Canadá. Así que, en principio, íbamos con retraso y no debiera haber sorprendido a nadie su creación. Pero en este país sobran cruzados de la tradición sexista que se molestaron, se sorprendieron, incluso se irritaron cuando se aprobó. Pero en mi caso, por ejemplo, lo que me sorprendió fue su eliminación; aunque en cierta forma era «la crónica de una muerte anunciada». Era consciente de que le tenían ganas.
El Instituto de la Mujer otorga subvenciones a la formación en igualdad, además de convenios que promueven otras administraciones públicas. ¿Crees que otras universidades podrían asumir esta formación?
Bueno, no sólo una cuestión de subvenciones o convenios (el grado no tenía ninguna subvención del Instituto), creo que es más una cuestión de voluntad política. De hecho, el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades (aprobado el 7 de marzo) recoge, literalmente, el compromiso de «ofrecer formación de género a nivel de grado» y unos días después (el 28 de febrero) se estaba eliminado el único grado existente en nuestro país. Así que, por desgracia, no tengo demasiada esperanza en que se promueva esta formación a nivel de grado en otras universidades. Pero… ójala me equivoque y sea así!
«No son pocos/as quienes consideran (la igualdad de género) un ámbito de estudio secundario»
Educar en igualdad es una obligación amparada por la legislación estatal, pero sigue siendo objeto de todo tipo de polémicas. Pese a ello hay un nuevo Ciclo Formativo en Igualdad, y se mantienen decenas de cursos de postgrado ¿En España es difícil ejercer docencia e investigación desde una perspectiva de género?
En universidad la docencia en estas materias es todavía muy anecdótica (salvo en estudios de posgrado, que algo hay). Respecto a la investigación, el problema es que parece que tienes que estar siempre justificando porqué es importante trabajar este tema y no son pocos/as quienes lo consideran un ámbito de estudio secundario. Pero bueno, las resistencias no es algo que -en mi caso- me pillen desprevenida.
«En los Presupuestos Generales de 2014 la inversión destinada a políticas de igualdad y violencia de género representó 0,01%»
Vista la situación, ¿cómo se encuentran en general las políticas de igualdad de este país?
La doctrina del shock representa un estratégico aliado no sólo para la implantación de políticas económicas y reformas legislativas con un enfoque que tildan de neutro pero afectan en mayor medida a las mujeres; sino también para activar una contrarreforma patriarcal que nada tiene que ver con cuentas, presupuesto o gasto público.
A mi juicio con encontramos con lo que llamo «la triple R» (recortes, reacción patriarcal y reversibilidad). Los recortes afectan a la población más desfavorecida (integrada en mayor medida por mujeres) y a servicios públicos esenciales que, cuando no se prestan desde el sector público (como la dependencia, por ejemplo) se asumen de forma gratuita por las mujeres del entorno familiar. Así que los recortes les afectan en mayor medida se mire por donde se mire.
Como remate, inversión destinada a las políticas de igualdad y a las asociaciones de mujeres ha sido la que en mayor medida ha sufrido los recortes. En los Presupuestos Generales de 2014 la inversión destinada a políticas de igualdad y violencia de género representó 0,01% y las subvenciones al movimiento feminista se han reducido a la mitad.
Con la excusa de la crisis nos estamos encontrando también con una reacción patriarcal que no sólo ven en las políticas de igualdad su principal enemigo a batir sino que están volcados en retrotraernos a tiempos pretéritos.
Por desgracia no faltan ejemplos de esta contrarreforma. En octubre de 2013 se aprobó la controvertida Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que permite subvencionar centros escolares que segregan por sexo, incorpora la religión como asignatura evaluable y elimina «educación para la ciudadanía». El anteproyecto de ley del aborto y las prestaciones del sistema público de salud dejan clara la voluntad de negar la autonomía moral de las mujeres para decidir sobre su maternidad y a su vez, se impide que las mujeres solteras o solas (es decir, sin el aval de un varón-padre) accedan a los servicios públicos de reproducción asistida.
«El espíritu de la Ley de Igualdad o de la Ley para la medición del impacto de género se incumple de forma sistemática»
La Reforma de Ley de Bases de Régimen Local elimina la competencia en materia de igualdad de los ayuntamientos, que eran los únicos servicios de proximidad a los que tenían acceso las mujeres del ámbito rural. Esto está provocando el cierre de cientos de centros de atención a mujeres y casas de acogida, dejando a aquellas que residen en un ámbito rural abandonadas a su suerte.
El espíritu de la Ley de Igualdad o de la Ley para la medición del impacto de género se incumple de forma sistemática. En fin… ¿Cómo se encuentran? Pues con este panorama… El problema es que sobrevuela esa tercera «R»; bien sabemos que cualquier avance puede ser reversible.
Formación en igualdad , grado en igualdad de género , Laura Nuño , Universidad Rey Juan Carlos , URJC
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