Artículo: Salida de la crisis, no sin el progreso de las mujeres

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Ante un panorama de titulares explicando recortes ya aplicados o por aplicar resulta difícil encontrar noticias que predigan un cambio de rumbo en lo económico. Desgraciadamente no trataremos aquí la idea de que Europa en su conjunto haya sumido las tesis del crecimiento a través del bienestar. Porque en 2013 aún no se ha visto, ni se espera, para según quienes.

Por el contrario, un artículo de Naciones Unidas a través de su agencia para la Igualdad de género que nos explica que “las economías se reponen más rápidamente de las crisis cuando las respuestas se centran en las necesidades de las mujeres”

A través del ejemplo de países como Suecia, se constata que cuando se han aplicado medidas por la igualdad de género ha habido una más rápida y estable recuperación económica.

Resulta muy interesante el ejemplo del país sueco, que en la crisis de la década de los 90 se mantuvo como uno de los países con menor desigualdad del mundo según la Organización Internacional del Trabajo. Para ello, veamos que sucedió:

El Gobierno consolidó y/o creó organismos reguladores del sistema financiero, imponiendo firmes condiciones a los bancos rescatados, algunos fueron simplemente nacionalizados. Así se rechazó que las pérdidas fueran asumidas por el Estado. Con ello el coste del rescate financiero fué relativamente pequeño, un 3 por ciento del PIB (Jonung 2009)

Por otro lado, al devaluarse la moneda hubo un importante aumento de las exportaciones que permitió una mayor inversión en la mejora de la industria e incluso algunos pequeños aumentos salariales (gracias a las negociaciones con sindicatos, Gobierno y empresarios)[1], Esta medida, sin embargo, no fue tomada como único método para el crecimiento.

Lo importante de las medidas anticíclicas puestas en marcha en los años 90 es que se dirigen a garantizar el bienestar y la igualdad de la población, manteniendo con ello el consumo y evitando la recisión. Así, desde el primer momento, en lugar de reducir el gasto público hubo un ligero aumento para emprender políticas activas de empleo. Éstas junto al mantenimiento y mejora del Estado del Bienestar ayudaron a reducir el trabajo de cuidados y doméstico no remunerado, en lugar de precarizarlo.

La concesión de sumplementos y ayudas a personas con bajos ingresos y desempleados frenó las desigualdades, y lo que podría suponer la pobreza y la brecha social, que lastraría aún más el consumo y la economia.

En el mismo sentido, para atender a los y las jóvenes que llevaban meses sin encontrar encontrar trabajo ni formarse, se crearon grandes planes de formación, empleo y creación de empresas que tuvieron una importante incidencia en la participación de las mujeres, en un 50% aproximadamente.

Por otro lado la concesión de permisos de paternidad y la subvención de las guarderías se mantuvo pese a la crisis (y aumentó en alguna medida) con el objetivo de evitar la salida de las mujeres del mercado laboral.

Como se puede apreciar, se trata de un camino opuesto al impulsado por la mayoria de países en la crisis actual, especialmente en Europa.  En España, concretamente, se ha marcado el objetivo de reducir el gasto público sin priorizar nada, a que se flexibilize el mercado de trabajo (facilitar el despido) sin ni siquiera ofrecer ninguna alternativa de futuro para las millones de personan que pierden su empleo:

Las opciones de formación se reducen al eliminarse la mayor parte de programas de formación ocupacional para quienes no trabajan o quieren mejorar sus conocimientos. Además en la educación superior se recortan las partidas de becas y ayudas públicas, a la vez que se aumentan tasas en más de un 60% (a nivel universitario) y se eliminan las ayudas a la emancipación y el alquiler joven. Si a esto le unimos que se reducen las titulaciones universitarias y las que quedan son de dificil acceso por lo anteriormente expuesto, queda claro que el conocimiento no será un pilar en el que sostener el país.

Precisamente, el ámbito del conocimiento e investigación es otro de los pilares que Naciones Unidas destaca de los países que abandonaron la situación de crisis en los 90, pero en España es, de nuevo, una de las partidas presupuestarias más lastimadas en España, dejando de apoyar la I+D de las empresas y universidades. En definitiva, obligando a cientos de jóvenes investigadores a marchar con su talento a otros paises,

Pero más allá del colectivo joven, también las mujeres ven empeorada especialmente su situación.

No hace falta indagar por muchos datos: Hay que ver como se cierran o encarecen las guarderias (que aunque la educación infantil es un asunto de mujeres y hombres, es sabido que la carencia de ésta repercute en un mayor trabajo para las mujeres, que se suelen hacer cargo de esos hijos e hijas)

«El hecho de que las acciones por la igualdad, junto a los servicios de salud y educación sean reducidos a su mínima expresion, crean un nuevo problema: la crisis del Estado del Bienestar.»

También se elimina la Ley de Dependencia, que ofrecía prestaciones a quienes se hacen cargo de familiares para su cuidado y apoyo. En realidad, la eliminación no es tal como norma legal, pero sí lo es a la práctica si recordamos el recorte del 20% en las prestaciones, la eliminación de la cotización a la seguridad social, la rebaja del nivel de valoración de dependencia, los cientos de peticiones rechazadas, etc. Todo ello, supone también que miles de mujeres contratadas sean despedidas de sus puestos de cuidadoras al servicio de las entidades locales.

La reforma laboral, más allá del despido facilitado, perjudica también las posibilidades de conciliación de la vida laboral, personal y familiar de mujeres y hombres al restringir las opciones de negociación colectiva. Es en este espacio donde la patronal y sindicatos tomaban gran parte de las medidas, como los Planes de Igualdad, regimen de retribuciones, concesión de permisos, etc. Con las trabas a todo ello se desamaparan al colectivo de personas trabajadoras que antaño tenían una via abierta y reconocida legalmente para establecer medidas por la igualdad.

Además no se amplía el permiso de paternidad más allá de los 14 días (como exigía la Ley de Igualdad de 2007) ¿Es que los varones tienen menos derecho y responsabilidad  para cuidar de sus hijos e hijas?

Cierto es que no todo son leyes, efectivamente: el cambio consiste también en que la sociedad cambie de papeles, que asuman de forma equitiativa las responsabilidades sociales, políticas y económicas. Pero si por una vez en toda la historia, España cuenta con una ley que ofrece más derechos y promociona ese cambio, ¿qué hace el Gobierno de turno eliminando estas posibilidades?

Bajo el pretexto de la crisis económica, se rebajan, como si de algo prescindible se tratasen, el presupuesto en promoción de la corresponsabilidad, la igualdad en el trabajo o la lucha contra la violencia de género, pase a representar todo ello una parte mínima del presupuesto del Estado. El hecho de que las acciones por la igualdad, junto a los servicios de salud y educación sean reducidos a su mínima expresion, crean un nuevo problema social, un lastre para la economia: la crisis del Estado del Bienestar.

Todo ello tiene un efecto en el imaginario colectivo que nos lleva de nuevo a entender que los cuidados y las tareas domésticas son propias de las mujeres, y precarizadas incluso en el caso de trabajar en estos sectores para alguna empresa/persona.  Además se llega a asumir el Estado no debe entrar en la vida privada de las personas, aunque esto suponga una pérdida de salud, desigualdades de acceso a la educación y el empleo, etc.

Así es facil seguir oyendo exclamaciones como “Las mujeres deben abandonar el trabajo (o no entrar) cuando toca hacerse cargo de la familia” o “para que queremos una mujer en un puesto directivo si no podrá responder cuando le toque hacerse cargo de sus hijos e hijas”. Si bien ese rol de mujer cuidadora nunca se había superado del todo[2], por lo menos se había quebrado cuando el Estado asumió la prestación de los servicios de cuidado, y estableció legalmente el apoyo público, social y económico para que nadie quede sin asistencia.

Afortunadamente, cada vez más medios y entidades que se hacen eco del ejemplo que suponen los países nórdicos, que más allá de la coyuntura económica y de la ideología del Gobierno, mantienen un sistema público justo, abierto (transparente) que responde a las necesidades de la ciudadania, sin dejar a nadie atrás.[3] En definitiva, un modelo que tiende a garantizar la igualdad de la ciudadania, de mujeres y hombres, de jóvenes, mayores, etc.

No se puede dejar como perdida esta lucha, pensando que será la historia quien dará la razón. Lo que en estos momentos se requiere es tan senzillo como ver el número de familias que viven en condiciones de pobreza, como baja el consumo de los hogares o como la gente joven no puede formarse, encontrar trabajo ni mucho menos emanciparse. Y así reconoceremos también como las mujeres vuelven a sus casas para hacerse cargo de lo que se consideran sus obligaciones, perdiendo además derechos laborales, sociales e incluso reproductivos.

«La competitividad tiene que venir por la generación de bienestar y conocimiento en la ciudadania. Y todo ello acompañado del progreso de las mujeres»

Un simple analisis social nos muestra como esas políticas de recortes afectan a la salud y bienestar de millones de personas, quedándose atrás la mayor parte de la ciudadanía y con ella la economía real.

Por el contrario, solo si nos fijamos en los ejemplos de los países nórdicos asumiremos que la competitividad tiene que venir por la generación de bienestar y conocimiento en la ciudadania. Y todo ello acompañado del progreso de las mujeres, que pese a representar la mitad de la población jamás han visto siquiera equiparados todas sus oportunidades a la de los hombres. Todo ello redundará en una mayor competitividad, consumo y progreso tecnológico y social.

Así, las políticas para generar igualdad de oportunidades son la única puerta de entrada estable y segura a la mejora de la economía. Cruzarla o no está en las manos de quienes gobiernan, pero también de las exigencias de todas y todos.

 

Artículo de Rubén Castro Torres. Director de Con igualdad.org

 

Fuentes:

UN Women, “Economic crises and women’s work. Exploring progressive strategies in a rapidly changing global environment”, 2013

Noticia en ONU Mujeres: http://www.unwomen.org/es/publications/economic-crises-and-womens-work-exploring-progressive-strategies-in-a-rapidly-changing-global-environment/



[1] Esta circunstancia, evidentemente, no es reproducible individualmente por los países del Euro al sumir la moneda única

[2] Recordemos que un 90% de cuidadoras empleadas son mujeres.

[3] http://www.economist.com/news/leaders/21571136-politicians-both-right-and-left-could-learn-nordic-countries-next-supermodel

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