Alerta ante la pérdida de servicios contra la violencia de género por la reforma local

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Si bien hasta ahora las leyes de igualdad y estatutos de autonomía establecen que todos los entes públicos deben ejercer acciones para alcanzar una igualdad de género efectiva, el anteproyecto de reforma de la Ley de Bases de Régimen Local del Gobierno de España rompe con toda la legislación y puede suponer que muchos municipios pierdan la posibilidad de ofrecer políticas de igualdad y especialmente de atención contra la violencia hacia las mujeres.

La FEPAIO[1] presenta un informe en el que desgrana los efectos en el ámbito de la igualdad, de la Reforma Local.

Así, se puede poner fin a acciones específicas como los centros de información y atención a las mujeres, los servicios especializados contra la violencia de género o campañas de sensibilización y apoyo a la igualdad de género.

Informe de valoración técnica del Anteproyecto de la LBRL

Por ello, la FEPAIO ha presentado en el mes de julio un informe en el que, entre sus conclusiones, muestra que la reforma emprendida por el Gobierno de Mariano Rahoy “aumenta la desprotección de las víctimas de la violencia hacia las mujeres, y de sus hijas e hijos”, va a suponer un retroceso en la introducción de la perspectiva de género”, acaba con las políticas de sensibilización, puede ahogar a las entidades de mujeres, al quedarse sin apoyo y financiación, entre otras cuestiones.

A su vez, algunas comunidades como Andalucía, que a través del Instituto Andaluz de la Mujer han recalcado que además de los empleos directos que se perderían, miles de mujeres dejarían de ser atendidas (especialmente en zonas rurales). Por ello su directora ha pedido al Gobierno que recapacite y mantenga “servicios que aseguran la igualdad y la protección de la ciudadanía, y sin los cuales se corre el riesgo de poner en peligro a la población más vulnerable”.

De todo ello cabe deducir que no se ha aplicado la perspectiva de género-pese a existir obligación legal de hacerla- en esta reforma de la administración local, pues afectará muy negativamente a las mujeres, que perderán servicios y políticas (incluso más allá de las de igualdad).

Y es que, aunque atañe especialmente a las mujeres, la pérdida afectará a toda la sociedad, con lo que los hombres también perderían un fuerte empuje para favorecer otras masculinidades y acabar con la violencia. En definitiva una reforma ajena a la trayectoria en las políticas de igualdad que desde 1978 tejen en España una extensa red de servicios de atención, prevención y protección, indispensables en todos los municipios, por su cercanía e influencia a las mujeres y hombres.