¿Jugar deporte o jugar sexismo?

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"No es aceptable que las jugadoras de balonmano playa sea vean obligadas a vestir bikini y top con el que enseñar la barriga, mientras sus compañeros pueden llevar pantalón y camiseta. Por más que un reglamento sexista lo dictamine, no es normal. Pero sucede, como lo ha denunciado la Federación Vasca de Balonmano."

sabmes_julio2104Artículo de opinión de Rubén Castro Torres publicado en la revista SABmés de Julio de 2014

La importancia del deporte es indiscutible, más cuando promueve hábitos saludables, el trabajo en equipo y la transmisión de valores. Pero hay mucho que cuestionar cuando esa máxima es apropiada por el amarillismo, el sexismo, el racismo y la agresividad.

Sabemos que el deporte de competición internacional dista mucho del de los barrios, ciudades o regiones. Sin embargo todos ellos cuentan con rasgos de unión. Primero, porque los pequeños (en edad o en categoría) intentan seguir lo que hacen los grandes. Segundo, porque la desigualdad está enmarcada igual tanto en un lado como otro. Fíjense:

No es lógico que diarios o webs de información deportiva dediquen sus páginas a hablar de las alineaciones de novias de los futbolistas, en términos de “belleza” y rasgos físicos, o de las cualidades de las periodistas o reporteras que cubren el Mundial. Eso no es noticia, sino sexismo. Y sin embargo ha sido lo habitual este Mundial.

Tampoco podemos admitir que habiendo cientos de mujeres en deportes como el futbol o el básquet, sea más fácil que salga en las noticias la anécdota más irrelevante de un equipo masculino antes que una importante victoria de un equipo femenino. No es normal, pero pasa mucho a nivel nacional e internacional.

No es de recibo que en un partido de fútbol con niños, haya padres que se pongan a insultar a los rivales, al árbitro o incluso a sus propios hijos. O que den el paso hacia la violencia física, e inciten a la misma al resto de allí asistentes. No es normal, y sin embargo sucede.

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